2 de febrero de 2010

AD Moraleja CB 78- FDB Plasencia Ambroz 60

AD MORALEJA CB: Méndez, N (18), Iglesias, P (5), Mercado, R (10), Cores, M (16), Gallego, O (6)- quinteto inicial- Moriñigo, J (14), Rodríguez, A (9), Ramos, I (0), Trapote, R (0) y Hisado, FJ (0).

FDB PLASENCIA AMBROZ: Santos, JM (15), Pérez, R (4), Álvarez, V (25), Serrano, A (0), Serrano, Q (0)- quinteto inicial- Ortega, D (5), Fraile, A (0), Bravo, V (0), Cardito, J (11) y Álvarez, R (0).

PARCIALES: 17-11, 18-15, (35-26) 20-16, 23-18, (78-60).

Gran victoria la cosechada el pasado sábado en el Pabellón Municipal de Moraleja, ante uno de los rivales más duros y difíciles de la competición.

Plasencia se presentaba con algunas ausencias, pero con la calidad propia de jugadores veteranos y jóvenes promesas. El partido comenzó con un poco de desconcierto por parte de los dos equipos, errores, pérdidas, tiros fallados, aunque con ligeras ventajas para el equipo local de 5 y 6 puntos. En el segundo cuarto la tónica continuaba igual, el juego era duro e intenso, y las ventajas se agrandaban hasta los 11 puntos.

Si alguien pensaba que con eso podía bastar estaba muy equivocado, la calidad de los jugadores placentinos apretó el marcador hasta un 39-37 a mediados del tercer cuarto. Pero como viene siendo habitual en los últimos partidos, la pausa, la intensidad y el trabajo en equipo forzaron un parcial de 16-5 para encarar el cuarto decisivo 13 arriba. En este período las ventajas nunca bajaron de 11 puntos, aunque tampoco parecía fácil remontar el basket average de –16 que arrastrábamos de la primera vuelta, pero un triple en el último segundo de un gran Juan Moriñigo nos dio la máxima ventaja del partido y recuperar el average, por si fuera necesario.

Por Plasencia destacar la extraordinaria calidad de nuestros amigos Víctor Álvarez y Chema Santos, es un placer verlos jugar, siempre se aprende con ellos, y la entrega de sus jóvenes promesas.

Por el Moraleja la regularidad con la que se vivió el encuentro, sin tanto altibajos como en otros partidos. La constancia en el juego puede ser un añadido, a las ya buenas sensaciones que despierta el equipo.

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