AD MORALEJA CB: Hernández, C (0), Méndez,
N (18), Cuadra, M (10), Gallego, O (15), Ramos, I (16)- quinteto inicial-
Cabeza, S (5) Gonzalo, C (2), Penas, C (1) y Caro, F (0).
CP MIRALVALLE PLASENCIA: Hernández, G (8), Blanco,
J (22), Jiménez, A (4), Calle, C (9) y Sander, J (7)- quinteto inicial- Bravo,
V (12) y Pelícano, I (0).
PARCIALES: 16-18, 18-19, (34-37) 10-15, 23-10, (67-62).
Emocionantísimo
partido el disputado el pasado sábado en el Adolfo Suárez de Moraleja, que
finalmente cayó del lado local, pero que estuvo dominado en todo momento por el
equipo placentino.
Miralvalle
se presentó al encuentro corto de efectivos, pero con la calidad suficiente como
para ganar a cualquiera que se le ponga por delante en esta competición. Mientras
que Moraleja se jugaba el clasificarse matemáticamente para la segunda fase,
sin tener que jugárselo todo en Hervás en el siguiente partido.
El
inicio, como casi todo el encuentro fue para Plasencia. Con fluidez y acierto
en ataque, más una defensa zonal muy activa, que bloqueaba el juego de Moraleja,
se marchaba arriba en el electrónico al final del cuarto, pero sobre todo con
la sensación de marcar el ritmo del partido.
En
el segundo cuarto las dudas aumentaron. Tras preparar toda la semana salida de
presión y ataques contra defensas individuales intensas, Moraleja se veía, por
las circunstancias de Plasencia, atacando contra una defensa zonal de ajustes
que le planteaba continuas trampas. A esto se añadió el acierto de Víctor Bravo
en el tiro exterior que, con tres triples casi consecutivos, colocaba un 22-31
a mediados de cuarto en el marcador, lo que provocaba tiempo muerto local. A partir
de aquí, Moraleja se serenó un poco, pero las sensaciones y sobre todo el juego
no eran los esperados. Un triple final sobre la bocina acercaba el resultado a
34-37.
Tal
y como se estaba desarrollando el encuentro, irse 3 abajo al descanso era hasta
cierto punto alentador, pues indicaba que con poco que se mejorase la defensa,
pero sobre todo el ataque, las oportunidades de llevarse el partido acabarían
apareciendo para Moraleja.
Y
así fue, Moraleja subió líneas y aunque le costaba anotar, bajó el ritmo de
puntuación de Plasencia, lo que hizo que el partido se igualase a 41 en el
minuto cuatro del cuarto. Pero una nueva desconexión moralejana, provocó un parcial
de 1-11 en los siguientes cinco minutos de juego, que pusieron la máxima
ventaja del partido para Miralvalle 42-52. Y una enorme sensación de impotencia
y frustración para Moraleja.
En
el último cuarto Moraleja se la jugó a la desesperada. No había nada que
perder, pues a lo que se estaba jugando iba a perder de todas maneras. Con un
equipo grande defendió, reboteó y corrió y volvió a correr, y realizó ataques
muy rápidos, y volvió a correr, intentando que esta aceleración pasase factura
a la corta plantilla de Plasencia. En cuatro minutos se igualó el partido
55-55. Pero Miralvalle además de calidad
y juventud, tiene a un señor que se llama Justi Blanco, que con 53 años se echó
el equipo a la espalda y pidió el balón para forzar faltas y sumar desde el
tiro libre, 55-60.
A
pesar de todo Moraleja, junto con el aliento de un pabellón lleno, pues tras el
partido se realizaba la presentación de todos los equipos de baloncesto y voleibol
de la Asociación, no se rindió y los hados se pusieron de su parte. Dos tiros
libres de un gran Ismael Ramos, ponían casi por primera vez por delante en el
encuentro a Moraleja 61-60. Pero de nuevo Justi Blanco anotaba una de las
millones de suspensiones de 4 metros que habrá metido en su vida, 61-62, y
minuto y medio por jugarse. A partir de aquí, dos ataques de Moraleja con dos
triples de los interiores Manolo Cuadra y Oscar Gallego, junto con una pérdida
de balón y un tiro fallado de Plasencia, dejaban el definitivo 67-62 para el
equipo local, ante la algarabía de los niños y niñas que abarrotaban el
pabellón.
Por
Miralvalle destacar su pundonor y su orgullo. Un equipo con numerosas bajas y
con poco que jugarse a nivel de clasificación no hubiera jugado un partido tan
completo, como un equipo ganador que juega y da el máximo siempre. A nivel
individual el ejemplo, partido tras partido, que nos deja Justi Blanco en todos
los aspectos. El día que no juegue, si es que eso llega a suceder, el
baloncesto extremeño le echará muchísimo de menos.
Por
Moraleja destacar la capacidad de reacción en el último cuarto. Ante un mal
partido, supo tirar de coraje y llevarse la victoria, dejando de un lado formalismos,
tácticas y sistemas. Así, de vez en cuando, también se pueden ganar partidos.
El
próximo encuentro será ya en 2018. El 13 de Enero en Hervás, pero con la
tranquilidad del trabajo realizado antes de las vacaciones.
Sean
felices, pasen unas agradables Navidades y disfruten de la vida.